quinta-feira, 5 de agosto de 2010

horas vagas....

Son las tres de la madrugada...
Yo debería estar dormida, pero no. Estoy aquí pensando y repensando algunas cosas de esa vida...
A veces me pongo a pensar sobre eso de la lengua... Los idiomas del mundo...
Querer entender los demás idiomas es una cosa presente en mí desde mi niñez. Me recuerdo de las tardes en que pasaba frente a la tele con el canal árabe puesto. Obvio no entendía nada, ni una sola palabra, -aunque tuviera en la escuela un compañero de padres árabes que nos enseñaba palabrotas en dicho idioma- pero me gustaba, me gustaba precisamente el intentar absorver la información que era transmitida, aunque no pudiera comprender lo que decían. Y cuantas veces he reído tan sólo porque el personaje lo había hecho? No era algo pensado. Simplemente tenía ganas de reír al notar que pasaba algo feliz... Y disfrutaba de eso, sí señor.
Ya sé, siempre he sido rara, no hace falta que me lo digas una vez más.
Aprendí el inglés de la primaria - que por cierto, no da para nada - y aunque el inglés jamás me ha llamado la más minima atención, no es un idioma que me apasiona para nada, no me gusta escucharlo siquiera e canciones, aunque lo comprenda lo suficiente para no morir de hambre si algun día me pirdo en los EEUU, me gustaba aprenderlo por el simple hecho de que era una posibilidad más de comunicación, y luego tuve oportunidad de estudiar el francés.
El español, aunque no es mi lengua materna, siempre ha estado presente en mi casa, de una manera u otra, y ese sí es un idioma que me tiene enamorada desde que me puedo recordar de entender lo que é estar enamorada de algo.
Al portugués le tengo cariño, mi idioma... Al portugués con acento brasileño le tengo orgullo, me encanta haber nacido en Brasil, me encanta vivir aquí, me encanta ese lugar y esa gente con tanta pasión por la vida, la que me gustaría tener...
Lo que pasa es que a cada que vivo descubro una infinidad de idiomas que jamás siquiera pensara que existieran, y a la vez que me encanta ver tanta variedad, percibo que la lengua es tan dispensable como la cosa más insignificante. Es tan importante como echable...
Y es que cuando me pongo a ver una entrevista en euskera, en ruso, en polaco, lo que sea, me siento capaz de decir que si te olvidas que estan hablando un idioma completamente desconocido, se entiende totalmente lo que dicen.
Es algo obvio si lo llegas a pensar... Si las palabras expresan pensamientos y por su vez pensamientos expresan sentimientos (aunque no verdaderos, ojo) y los sentimientos son en su esencia algo universales, pues las lenguas igual. Todos en el fondo sabemos todas las lenguas del mundo, porque las inventaron un cerebro humano, semejante al mio y al tuyo, y si todavía no te has dado cuenta, somos todos uno mismo...


Vaya! Lo que me hacen las vacaciones...

segunda-feira, 19 de julho de 2010

Quisiera yo

Hoy quisiera decirte que todo esto no existe,
que todo es una ilusión y que, si cierras tus ojos con fuerza y lo deseas con todo tu corazón, podremos salir de aquí. Podremos volar hacia otro planeta, quedarnos suspensas, flotando sobre las estrellas.
Ya no habrá el suelo bajo esos pies que pisan todos los días esas mismas calles vacías, que cruzan con esas miradas sin vida, esas miradas que disimulan ser lo que no son, querer lo que no quieren, amar lo que no aman.
Quisiera decirte que todo pasó, que ya no te duele, que jamás te dolió. Que todo lo malo era parte de esa ilusión. De esa que creamos nosotras mismas, y que, por lo tanto, podemos deshacerla cuando se nos pegue en la gana.
Yo quisiera...
Quisiera que todos en este mundo fueran como tú, que me entendieran como tú y que estuvieran cerca de mí como tú, que aunque estés tan lejos sigues presente en mi corazón, porque fuiste la persona que me dio la mano cuando yo me caía. La que me enseñó que el dolor no está sólo para mí.
Yo quisiera que supieras hoy que todos los días pienso en darte las gracias, porque, aunque no lo sepas, de alguna manera en aquella tarde de frío cuando me diste tu mano, me salvaste.
Ahora todavía siento el dolor, siento el sufrir, pero compartirlo contigo me hace sentir viva, y me hace sentir que aunque no lo pueda ver ahora, habrá un motivo para eso.
No sé si lo leerás, y creo que si lo haces no lo entenderás, jaja, pero bueno, hoy quisiera que supieras que te quiero. Entre tantas cosas tontas y feas que me pasan todos los días, eres una de las bonitas, de las cuales jamás me olvidaré. Que lo tengas por seguro. Si un día se acabe este mundo, quiero encontrarte en alguna estrella...

"Nos entendemos de uma maneira que nem nós entendemos, e precisamos estar separadas para estarmos juntas, pois quando estamos juntas estamos separadas."

terça-feira, 13 de julho de 2010

¿Sabes qué?

Ya no me apetece seguir disimulando...
No sé lo que los demás ven cuando voltean sus miradas hacia mí... No sé si pueden ver el dolor, no sé si logran percibir que en mis adentros quiero gritar, quiero romper mil platos, quiero tirar los vasos por la ventana, quiero correr, correr, correr sin para hasta que no haya nada más, nada de eso, nada de aquí...
Creo que no...
Creo que no lo pueden ver. Porque hasta donde puedo lo oculto, y creo que lo hago bien. Eso sí, no me gusta para nada. No me gusta vivir en esa mentira... Lo que pasa es que es una cuestión de rutina, de costumbre. "La costumbre me ha hecho así, no fui capaz, en mí misma yo me perdí" Oh, cuanta verdad hay en esto...
Ya tantas veces dije que estaba harta. Que ya no quería ocultarme tras esa máscara de sonrisas falsas que simplemente no expresan nada, sólo lo que los demás desean ver. Tantas veces dije que ya no más, que no aguantaría por mucho. Millones de veces. Esa es una más. Pero ninguna de esas veces fue falsa. Siempre que lo dije, lo dije porque es lo que sineto.
Cada vez que esa cosa explota en mí siento que será la ultima vez, siento que ya no la voy a contar. Y por momentos ese final me agrada, ¿sabes?
Será cobardía... Es posible... La valentía jamás me describió muy bien. Mis actos de valentía siempre ocultaron un miedo terrible, una increíble sensación de querer volver, de simplemente no querer...
Y es que de verdad creo que nunca he sido valiente. Nunca. Ni una sola vez... No puedo atreverme a hacer las cosas. Siempre hay algo que me para. Pensaba yo que fuera el miedo, pero ahora creo que ya estoy echando demasiada culpa sobre el miedo, pobre miedo...
Ayer, una vez más, hice lo que querían los demás. Hice lo que me decían que "será mejor. Anda, vamos...' Pues fui.
¿Fue mejor?
Quizás...
Yo no siento que haya sido.
Pero peor tampoco...
O sea. La maldita sensación de 'más de lo mismo'
Esa puta sensación que e persigue cada pinche día de mi vida. Esa sensación que me hace mal, pero que al mismo tiempo me atrapa, no me deja echarla, no me deja deshacerme de ella...
A cada día sumo más dudas a mi lista, a cada día sumo más cosas no hechas...
Venga, ya haré 18. No he vivido nada para algunos... Sin embargo, siento como si tuviera 100 años sobre mis espaldas. 100 años sin besos de cine, sin amores locos de esos en que das la vida - jamás me pude entregar tanto-, sin viajes absordas, 100 años de mi misma...
Y - ¡joder! - eso sí no me hace sentir mal...
Pero debería, ¿verdad?
Todos me dicen que sí.
Me dicen como si lo supieran, como si estuvieran absolutamente seguros: "No eres feliz nena."
Dios, si supieran cuantas cosas felices tengo en mis recuerdos. Cuantas cosas felices tengo aquí en mi cabeza.
¿Será que estoy tan mal en no buscar esa felicidad constante? ¿Tengo que ir de encuentro al "maquillaje de sonrisa amable"?
Y me pregunto yo:
Si lo haga estaré feliz? O estaré haciendolos felices?
Y me dirán: hacer felices a los demás debería hacerte feliz...
Ok, bien...
En teoria todo es siempre demasiado simple.
Quisiera yo vivir en teoria...

sábado, 26 de junho de 2010

Compra-se uma nova vida...

onde se possa ver um par de caras novas a cada dia. Onde nas ruas cresçam novas árvores que gerem novos ares, que criem esperanças.
Busco uma vida tranquila, porém não pacata.
Quero virar a esquina e ver que pintaram de lilás o casarão que é branco há 20 anos. Quero caminhar até a praia e não sentir que as pessoas são as mesmas. Quero sentir que estou sob um céu diferente a cada dia e que pra isso eu não precise tomar um trem, um ônibus ou um avião.
Que pra isso eu não precise passar pelas burocracias que igualmente se repetem em todos os lados.
Quero uma mudança sutil, mas que faça a diferença.
Quero uma mudança que não dependa só de mim.
Não quero um mundo novo, quero apenas uma novidade nesse mundo.
Quero um dia sem as mesmas responsabilidades, sem os mesmos caminhos, sem a certeza do mesmo destino.
Quero que não exista a noção do tempo, a noção do espaço.
Quero que tudo o que é permanente se torne fugaz e quero que seja fugaz o que parece eterno.

domingo, 13 de junho de 2010

Uma tarde a esmo.
Um par de horas pra conversar, dizer besteira e ouvir aquelas velhas canções...
Disso sim eu sinto falta.
De sentar na beira da cama e não pensar no que tá acontecendo lá fora. Pegar o violão e tocar aqueles mesmos acordes em centenas de ritmos distintos.
Ter um mundo diferente sem sair de casa.
Quem lembra daquelas tardes de chocolate e salgadinhos? Quem lembra dos acordes da guitarra que já não soa?
Das teclas brancas, das teclas negras.
Eu lembro.
Eu não busco a agitação, não busco as ruas cheias de gente. Não quero o capitalismo selvagem, desprezo as malditas aparências e é possível desfrutar sem tudo isso.
os meus 'pequenos momentos de felicidade' eram imensos nessas velhas horas.
E de que me importa que não se repitam?
As lembranças fazem parte do seleto grupo de coisas eternas, não é mesmo?
É, talvez eu esteja outra vez tentando viver do passado. Mas quem não faz isso? Quem despeja as lembranças na privada e dá a descarga antes de dormir?
O presente é passado também. Ou é mentira que o tempo não pára?

terça-feira, 8 de junho de 2010

Errealitate

He fracasado.
No quería sucumbir pero lo hice.
Y es que no se trata de fatalidad...¡Es la más cruda realidad!
Mi camino se ve cada vez más oscuro. La lucecita que me alumbra está cada vez más débil. Hay una brisa que no se acaba y que sopla cada día más fuerte sobre mi vela.
Ya no me agarro en lo concreto. Ya he visto que lo concreto tambien se esfuma, y lo hace más rapido que la fantasia.
Si sigo aquí es por la fantasia.
La realidad, la verdadera, me aleja de la vida cada día más. Las pequeñas cosas que me regalan mi imaginación son las que me dejan seguir adelante.
Yo sé que esas tambien se acaban. Sé que no se puede vivir de ilusiones. Me lo han dicho miles de veces a lo largo de mi corta existencia. Eso lo escuché siempre: la caída te duele según el tamaño de la escalera... Pero ya no me preocupa eso. Tampoco consigo subir tan alto. La puta realidad no me deja despegar los pies del suelo. Siempre echando agua fria a mis sueños...
La lucecita brilla, aunque ya casi se apaga, y me dice que hay que seguir creyendo, que basta con creer. Pero sabes qué? La realidad me dice que me cansaré de creer... Ya no sé si puedo creer lo suficiente para conseguirlo. Ya no sé si puedo algo. Ya ni me preocupo más en sonreír a los demás. ya no quiero mostrar una mentira. Ya no aguanto...
Necesito una chispa que devuelva la fuerza a mi farol. Sola ya no puedo...
Basta ya que me digan que tengo que seguir. Siempre se les olvida decirme cómo...

domingo, 23 de maio de 2010

ChronicInsatisfaction

Bueno, a ver que hago...
Dejo el texto que encontré ayer mientras buscaba algo en mis carpetas viejas jaja Es el pricipio de algo que estaba escribiendo yo el año pasado y que no lo terminé, como siempre...

Todo era demasiado oscuro. El corazón parecía querer saltar de mi pecho, tal era el descompás con que latía. Yo tenía miedo a moverme. Era imposible ver cualquier cosa alrededor.
Sin embargo algo me estaba diciendo que no me podía quedar parada. Tenía que encontrar la salida.
Di un paso hacia adelante. Mi corazón saltaba inquieto. Escalofríos recorrían mi espalda.
Me atreví a dar el paso siguiente, con cuidado. Respiré hondo. Sentía mis manos frías y la respiración cada vez más rapida. Dos pasos más... Y luego otros dos. La oscuridad seguía igual. Abrí mis brazos y mi mano izquierda tocó lo que parecía ser una pared. Era fría como hielo, pero era algo de apoyo. Los siguientes pasos los di mientras mis manos recorrían la pared, mis dedos sentían su textura.
De repente, me detuve. A pocos metros de mi había un punto de luz.
La salida.
Un par de pasos me separaban de la libertad.
El aire empezaba a parecer insuficiente, entonces respiré profundamente antes de dar el siguiente paso.
Un paso al vacío.
Mi cuerpo empezó un terrible viaje en caída libre.

Pues sí, a veces me siento así... y no es cuento.